A estas alturas, ya va siendo hora de que hablemos de Helsingin tuomiokirkko, es decir, la Catedral (luterana) de Helsinki o, como la mayoría la conoce, la Catedral blanca. Este edificio es, sin lugar a dudas, el icono más representativo de la ciudad. Una impresionante catedral que preside una no menos impresionante plaza, la plaza del Senado (Senaatintori), una amplia plaza rodeada de un gran conjunto arquitectónico. Tanto la catedral como la plaza y sus edificios fueron diseñados por Carl Ludvig Engel.
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Catedral blanca de Helsinki. |
La catedral se encuentra elevada y para acceder a ella desde la plaza hay que subir un interminable número de escaleras. Pero la recompensa es grande, ya que las vistas desde lo alto de las mismas son espectaculares (Consejo para los más perezosos: por el lateral izquierdo según se mira a la catedral, la calle sube en rampa y el número de escaleras a subir es mucho menor). Estas escaleras sirven a su vez de punto de encuentro o de lugar para pasar el rato, de escenario para numerosos eventos, como la
visita anual de Papá Noel a la ciudad, para la celebración de días especiales, como la tarde que da comienzo
Vappu, o para todo tipo de decoraciones ingeniosas, como cuando fueron cubiertas por completo por alfombras por una causa benéfica. En invierno sirven también como pistas improvisadas para descenso de trineos por parte de aquellos que pasan por allí.
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Plaza del Senado desde las escaleras de la Catedral blanca. |
La catedral en sí es austera, con poca ornamentación en su interior. Para su diseño, el arquitecto se inspiró en la Catedral de San Isaac de
San Petersburgo. Otras curiosidades de la catedral son las impresionantes estatuas de los doce apóstoles que adornan el tejado o los campanarios que se encuentran en dos edificios independientes a los pies de la catedral. La cripta de la catedral puede ser visitada, ya que actualmente es una sala de exposiciones y una cafetería.
Quizas uno de los sitios mas bonitos de la ciudad. Aunque casi me caigo por las escaleras con el hielo...
ResponderEliminarSalu2.
Ese es el peligro de la ciudad en invierno, jeje. Y con las escaleras aún es más peligroso.
ResponderEliminarUn saludo