Muchas veces os hemos hablado en este blog sobre la nieve y demás. Pero nunca hemos hablado sobre lo que sucede después de la temporada de nieve y frío. Evidentemente, al subir las temperaturas comienza el deshielo y lo que ello conlleva.
Todos los años hay (al menos) un día en el que la ciudad parece derretirse. Y es así, suele ser un día, a lo sumo dos, en el que de repente todo el hielo de los tejados comienza a fluir en forma líquida por todos los canalones y desagües. Lo mismo sucede con el suelo y riadas de agua invaden la ciudad. Sin embargo, a pesar de que la ciudad se “derrite” en un día, hay consecuencias a más largo plazo:
- La ciudad pasa a convertirse en un barrizal negro en los mejores casos o en un pantano en los peores. Como imaginareis, caminar se vuelve muy complicado y ya no hablemos de llevar un carrito de bebé (que sumado a las barreras arquitectónicas te hace plantearte el salir de casa).
¿Paso de peatones o pantano? |
- Aparecen bastantes zonas de hielo negro.
- Algunos tramos de las calles se convierten en auténticas pistas de patinaje por lo que el riesgo de caída es bastante elevado.
Parque helado. |
- Al entrar en casa (o en un local) esa mezcla de barrizal y agua deja unos suelos que ya os podéis imaginar.
- Muchos trozos de acera están cortados al paso por peligro de desprendimiento de nieve de los tejados o por la limpieza de los mismos, como ya os contamos en nuestra serie de gestión de la nieve.
Prohibido acceder a la vivienda por la entrada principal. |
A pesar de que hemos hablado de deshielo, no toda la nieve desaparece, ni mucho menos. Mucha nieve permanece durante meses, siempre y cuando las temperaturas no suban mucho.
Y, ¿por qué os contamos esto ahora? Pues, como podréis imaginar, porque esta semana hemos tenido este deshielo y estamos sufriendo las consecuencias. La pregunta ahora es, estando todavía en pleno invierno, ¿volverán las bajas temperaturas y la nieve para volver a tener un nuevo deshielo en uno o dos meses? ¿O será que ya llegamos a la primavera? Sinceramente dudamos mucho esto último, pero de sueños también se vive...