Cuando se habla de Helsinki, se suele decir que la gente no socializa, que no hay nadie en la calle, que todo es muy triste... Nada más lejos de la realidad. Al menos en verano (quizás en invierno haya una entrada en el blog que diga todo lo contrario). Se nota que aquí gusta el verano y que se quiere aprovechar al máximo hasta el último rayo de sol.
En verano, la calle se llena de terrazas y es difícil conseguir sitio en cualquiera de ellas. Los parques se llenan de gente que abarrota el césped y los helados se venden por pares. Por supuesto, las bicicletas invaden la ciudad y casi es difícil caminar por según qué zonas sin ser atropellado por una de ellas.
Terrazas abarrotadas en verano. |