Café

Finlandia es el país con mayor consumo per capita de café del mundo. La media está en unos doce kilogramos por persona y por año (¡casi cuatro tazas al día!). Es toda una institución en el país, ya que se toma a cualquier hora y en cualquier momento. La cultura del café es tal que en muchos lugares de trabajo se ofrece de forma gratuita. No sabemos si está afición viene de la necesidad de despejarse en las largas noches de invierno o para estabilizar el cuerpo después de caminar con temperaturas bajo cero, pero el caso es que un finlandés sin su café no es un verdadero finlandés.

El café aquí suele ser un café aguado para los gustos españoles. En la mayoría de las cafeterías este café se encuentra en unas jarras situadas al lado de las cajas registradoras y es el cliente el que se sirve la cantidad que desea. Si lo que buscas es un café más intenso, debes pedir un espresso; la cantidad te parecerá ridícula (y más cuando descubras el precio), pero el sabor no tiene comparación. De todas formas, si la cafetería en cuestión no tiene espresso (hay bastantes que no tienen), sólo te queda envalentonarte con su café de jarra o pedir algo más saludable. Otra opción es irte a casa y prepararte tú mism@ el café tan cargado como desees.

Café finlandés de jarra.

Como anécdota personal, hemos de decir que el concepto de café con hielo no se entiende aquí. Vale, el hielo en Finlandia es como una redundancia, pero si se lo ponen a refrescos, batidos y zumos, ¿por qué es tan complicado que entiendan que también se puede poner en el café? Las caras de asombro y las preguntas tipo ¿en serio? son de lo más común cuando lo intentamos pedir de forma directa. Al final, la solución a este problema es sencilla, hay que pedir el espresso (que no café) por un lado y un vaso con hielos por otro (vaso que a veces se entrega lleno de agua, pero eso es un mal menor). Siguiendo esta pauta te aseguras poder tener tu café con hielo sin dejar al camarero o camarera de turno pensativo durante un rato.

Café con hielo.