Continuamos con nuestra serie de entradas acerca de los pisos finlandeses (
parte I,
parte II,
parte III). En esta ocasión os vamos a hablar de las zonas comunes.
A diferencia de lo que sucede en España, los patios interiores son accesibles a todos habitantes del bloque. La mayoría de los patios están cerrados con llave, aunque existen casos en los que están abiertos a la calle. Lo que sí es necesario es que haya algún tipo de acceso desde la calle para que puedan entrar vehículos como quitanieves o montacargas portátiles. Lo que hay en cada patio es variable en función del bloque de pisos, pudiendo haber desde un simple jardín hasta zonas de juegos para niños o barbacoas comunitarias.
|
Patio interior. |
Si el patio está cerrado, las bicicletas de todos los vecinos se suelen colocar ahí. Si está abierto, hay un cuarto específico para ese uso. Incluso en los que están cerrados pueden tener un cuarto adicional para este fin. Pero no es lo único, porque ya sea en ese cuarto, o en otro separado, se suelen guardar los esquíes, trineos, carritos de bebés o incluso pequeñas barcas.
|
Cuarto de bicicletas. |
Como ya os contamos cuando os hablamos de
reciclaje, en todos los pisos los contenedores de basura y reciclaje se encuentran en las zonas comunes del edificio, ya sea en el patio interior (si está cerrado con llave) o en un cuarto cerrado si el patio interior es abierto.
|
Cubos de basura y reciclaje. |
Existe una ley en Finlandia que obliga a que todo edificio de área superior a 600 metros cuadrados tenga construido un refugio antiaéreo. Por lo tanto, todos los bloques de viviendas y edificios públicos cuentan con uno. En tiempos de paz, como es el caso, se utilizan como trasteros. Es muy curioso visitar alguno de ellos por su forma laberíntica y su ambiente de misterio.
|
Refugio antiaéreo. |
También os hemos contado que en muchos bloques hay un cuarto con lavadora comunitaria e, incluso, secadora comunitaria. Estos elementos suelen estar en un cuarto en el sótano donde cada vecino puede apuntarse a un turno en un libro y asegurarse así el tener la lavadora libre. Lo mismo sucede con las saunas comunitarias, donde se puede reservar día y hora para poder hacer uso privado de las mismas.
|
Cuarto de la lavadora. |
En cuanto a los patios de entrada de las casas, los hay de todo tipo. Una cosa muy curiosa es que en muchos de ellos los vecinos dejan los carritos de los niños o pequeños patinetes o trineos. Esto que en España sería una locura, tanto por molestia a los vecinos como por peligro de amigos de lo ajeno, aquí es bastante normal y extendido. Eso sí, las bicicletas no tienen cabida. Por último, una cosa que nos hace gracia es que en los pisos del centro, que en su mayoría son de los años 60 y 70, tienen unos bancos plegables en los ascensores. Comodidad y practicidad, todo en uno.
Otra cosa que se diferencia en mucho a los pisos españoles es que, por lo general, no hay garajes subterráneos. Los coches se aparcan en la calle, ya que suele haber bastante espacio para ello. Aunque en el centro hay zonas de pago, los residentes pueden obtener un permiso pagando una cuota mensual (unos 10€) que les da el derecho a aparcar en la zona cercana al piso. En las zonas más alejadas del centro el aparcamiento es gratuito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario