El mar Báltico baña las costas de varios países y, gracias a la cercanía entre ellos, es posible ir en barco de una a otra ciudad. Helsinki tiene conexiones por mar con varias ciudades, como Tallín, Estocolmo, San Petersburgo...
Estos barcos sirven de transporte para personas (ya sea por turismo, trabajo...), pero también para coches y camiones. Es increíble ver cómo entran trailers y trailers enormes dentro de los barcos. Al ser viajes internacionales, hay que llevar el pasaporte encima, ya que cambiamos de país (se factura como en los aeropuertos).
Rampa de entrada al barco para vehículos. |
Helsinki-Tallín
Dada la cercanía entre estas dos ciudades (entre dos y tres horas en barco, según la compañía y las condiciones climatológicas), este viaje se puede realizar en el día. Aunque existe la posibilidad de ir en camarote, no hace falta, ya que el viaje es demasiado corto como para necesitar descansar. La mayoría de la gente viaja sin camarote, siendo el billete más barato.
Cafetería del barco con vistas al mar. |
Sofás para un cómodo viaje de regreso. |
El viaje a Estocolmo es más largo (unas 15 horas), por lo que en este caso hay que reservar un camarote. La mejor opción es pasar la noche en el barco, entrando por la tarde, durmiendo en el camarote y amaneciendo ya en Estocolmo.
Camarote. |
Sala de juegos para niños (con piscina de bolas) y jacuzzi.
Una buena forma de pasar el rato es ver las actuaciones o la discoteca probando los cócteles del bar. Nosotros probamos uno y estaba bueno. En el karaoke quisimos participar, pero no hubo forma: las canciones en español no funcionaban (con la Macarena habríamos triunfado y la botella de champán de premio hubiera sido nuestra) y cuando ya nos decidimos por una en inglés, el cupo ya estaba cerrado.
Espectáculos durante el viaje y cócteles que nos tomamos con nuestros amigos madrileños.